martes, 8 de junio de 2010

El Ajedrez


1. INTRODUCCIÓN

Tablero y piezas de ajedrez
El tablero de ajedrez tiene 8 filas de 8 casillas blancas y negras alternadas. Cada color dispone de 16 piezas: rey, reina, alfiles, caballos, torres y peones.

Ajedrez, juego de ingenio, para dos jugadores, en el que el azar no interviene en absoluto y que requiere un importante esfuerzo intelectual. Cada jugador dispone de dieciséis piezas. Un jugador juega con las piezas blancas y otro con las negras. Cada grupo de piezas consta de un rey, una reina o dama, dos alfiles, dos caballos, dos torres (o roques) y ocho peones. Se juega sobre un tablero dividido en 64 casillas (o escaques) de colores alternados (normalmente blanco y negro). El tablero se coloca ante los jugadores de tal modo que la casilla de la esquina situada a la derecha de cada uno de ellos sea blanca.

El objetivo del juego, que simboliza la guerra, es capturar —dar jaque mate— al rey del adversario. Sin embargo, el rey derrotado jamás se retira del tablero, como el resto de las piezas. Las reglas y principios básicos del ajedrez son fáciles de dominar, pero las sutilezas del juego exigen un estudio en profundidad y un alto grado de concentración. El ajedrez es un juego que gusta a casi todo el mundo; los jugadores inexpertos o principiantes pueden disfrutar del juego compitiendo con otros jugadores de su mismo nivel, tanto como dos maestros ajedrecistas en un torneo.

Las piezas del ajedrez se han fabricado con materiales muy diversos a lo largo de los siglos, y pueden ser figurativas o abstractas. La madera, la piedra, el marfil, el hueso, la plata, el oro, el bronce, el alabastro, el cristal, el ónice y la porcelana son algunos de los materiales empleados por los maestros artesanos para elaborar sus juegos de ajedrez, de belleza y valor incomparables. El ajedrez moderno es generalmente de madera o plástico, y responde al modelo conocido como Staunton, inventado en Gran Bretaña en el siglo XIX. El ajedrez es un juego tan popular que incluso se fabrican equipos de bolsillo para jugar durante los viajes. A finales de la década de 1970 las modernas tecnologías hicieron realidad el ajedrez electrónico, que permite a los jugadores enfrentarse con una máquina.

2. MOVIMIENTOS Y REGLAS DEL JUEGO

Ejemplo de apertura
En la primera jugada (1), las blancas, que siempre mueven primero, avanzan el peón de rey, igual que las negras. En la siguiente jugada (2), las blancas atacan el peón negro con el caballo. Las negras adelantan un peón para defender su peón de rey.

Al comienzo de la partida las piezas se disponen en el siguiente orden: se sitúa la reina blanca en la casilla blanca central de la primera fila del tablero, y la reina negra en la casilla negra central del lado opuesto. Junto a la reina se encuentra el rey, y a la derecha de éste el alfil, el caballo y la torre. A la izquierda de la reina se encuentran el otro alfil, el otro caballo y la otra torre; los ocho peones se disponen en fila en la siguiente hilera de casillas. Comienzan el juego las piezas blancas y cada jugador va moviéndolas por turno; la excepción a esta regla es el enroque, que permite mover dos piezas al mismo tiempo.

Cada pieza se mueve en una dirección diferente y en consecuencia tiene un valor y una importancia distinta en el juego. Según esto la pieza más valiosa es la reina, seguida de las torres; a continuación los alfiles y los caballos. Los peones son los más débiles, por su limitada capacidad de movimientos y capturas. La captura se produce cuando una pieza ocupa la casilla de una pieza contraria, y ésta se retira del tablero. Sin embargo, no es obligatorio capturar o comer ninguna pieza.

Cuando el rey está amenazado, el reglamento español obliga al jugador que ataca a avisar con la voz de “jaque”, aunque según el reglamento internacional no es obligatorio hacerlo. Sí lo es que el jugador cuyo rey está amenazado lo proteja de inmediato moviéndolo a otra casilla donde esté seguro, bien interponiendo otra pieza como escudo, o comiéndose la pieza que le ataca. Cuando no puede hacerse ninguno de estos tres movimientos, el rey recibe jaque mate y la partida se da por concluida.

La reina puede avanzar tantas casillas como quiera y en cualquier dirección: en horizontal, en vertical o en diagonal, hacia adelante o hacia atrás. Cuando se encuentra con otra pieza de su color debe detenerse, pero cuando lo hace con una pieza del adversario puede capturarla si lo desea, en cuyo caso la pieza capturada se retira del juego y la reina pasa a ocupar su lugar.

La torre puede avanzar tantas casillas como desee, en horizontal o en vertical, hacia adelante o hacia atrás. El alfil puede avanzar tantos escaques como desee, pero siempre en diagonal, hacia adelante o hacia atrás. Al comienzo de la partida, cada jugador tiene un alfil en una casilla blanca y otro en una casilla negra, y deben permanecer en sus respectivos colores durante toda la partida. El caballo es la única pieza que puede saltar sobre las demás, sin importar su color. El caballo avanza en ángulo recto, es decir puede avanzar dos casillas en vertical hacia adelante o hacia atrás, u horizontal hacia derecha e izquierda, y situarse a continuación a la derecha o a la izquierda de la casilla inmediata. Siempre debe detenerse en una casilla de distinto color al de la casilla desde donde inició su movimiento, tanto si está vacía como si está ocupada por una pieza del adversario, que en tal caso pierde esta pieza.

El peón sólo puede avanzar hacia adelante, en línea recta, de casilla en casilla. Cuando se mueve por primera vez puede avanzar dos escaques. Sólo puede mover cuando la casilla que tiene delante está vacía; sin embargo, puede capturar una pieza desplazándose en diagonal hasta la casilla siguiente. De este modo, la pieza que se encuentra justo delante del peón está a salvo, y no puede ser capturada. Cuando el peón logra llegar hasta la octava hilera puede recuperar cualquiera de las piezas que ha perdido (la torre, el caballo, el alfil o la reina). Este es el tema de una de las más deliciosas obras literarias que se han escrito sobre el ajedrez: A través del espejo y lo que Alicia encontró allí (1872), del profesor de lógica y escritor inglés Lewis Carroll.

Aunque el rey es la pieza más importante, pues con su captura concluye la partida, no es sin embargo la más valiosa, ya que sólo puede avanzar de casilla en casilla, aunque en cualquier dirección, tanto hacia adelante como hacia atrás, en diagonal, en horizontal o en vertical, siempre y cuando la casilla en la que se sitúa no esté atacada por una pieza del adversario u ocupada por una pieza de su color. El rey puede capturar una pieza del adversario cuando está desprotegida, incluso en el caso de que esta pieza esté amenazándolo.

3. ENROQUE

Existe una situación especial en la que el rey puede avanzar más de una casilla. Este movimiento recibe el nombre de enroque y sólo se permite una vez a cada jugador. El objetivo principal de esta maniobra es quitar al rey del centro del tablero, donde corre un gran peligro, y situarlo en posición segura con un movimiento rápido. Para efectuar el enroque el rey se coloca en la segunda casilla situada a su derecha o a su izquierda con respecto a su posición original en el juego, y la torre situada en ese lado pasa a ocupar la casilla contigua a la del rey. El enroque está limitado por unas reglas muy concretas: ni el rey ni la torre han debido abandonar su posición original; el rey no puede estar en jaque cuando hace el enroque; no puede haber otras piezas en ninguna de las casillas sobre las que el rey y la torre deben pasar para situarse en su posición final; y el rey no puede pasar ni situarse sobre una casilla amenazada por una pieza del adversario.

4. FASES DEL JUEGO

Torneo de ajedrez
Las partidas en los torneos tienen un límite de tiempo y los jugadores deben efectuar un cierto número de movimientos en dicho plazo. Tras mover pieza, el jugador pulsa el botón del cronómetro, detiene su reloj y pone en marcha el de su oponente. Si un jugador rebasa el límite de tiempo, pierde la partida independientemente de la posición en el tablero. Los torneos de ajedrez se juegan en modalidad de eliminatoria o al mejor de un número de partidas.

La lógica del ajedrez se rige por las mismas pautas que una guerra entre ejércitos enemigos. Cada fase de la contienda o del juego responde a una estrategia global.

En la fase inicial —que puede comprender los primeros 10 o 15 movimientos—, cada jugador despliega sus piezas de acuerdo con una estrategia de efectividad máxima, tanto en el ataque como en la defensa. Hay cientos de posibilidades para abrir el juego, tanto en lo que se refiere al ataque como a la defensa. Algunos de estos sistemas, llamados gambitos, obligan a sacrificar una pieza para situarse en posición de ventaja, y suponen un ataque arriesgado y definitivo. Otros sistemas, como el de la llamada defensa siciliana, tienen como objetivo aumentar al máximo la capacidad defensiva de las piezas negras. La mayor parte de los libros sobre ajedrez se ocupan principalmente de las tácticas de apertura.

La fase intermedia del juego comienza cuando la mayoría de las piezas han abandonado su posición original. Durante esta fase se incrementa la intensidad de la lucha. A los ataques violentos se responde con contraataques y capturas. Los manuales de ajedrez no constituyen una buena guía para esta fase del juego, en la que es determinante la capacidad del jugador para analizar, planificar, conceptualizar y desarrollar su estrategia.

Así como la apertura condiciona el juego medio, este, a su vez, ejerce un control determinante sobre el final del juego. La posición de ventaja o de debilidad que se haya ido acumulando durante la fase inicial puede ser decisiva; la mayoría de las piezas están fuera del tablero y los reyes ponen todo su empeño en ganar la batalla, atacando a los peones enemigos y defendiendo las posiciones de los propios. En este momento, un buen estratega puede salvar una partida perdida realizando un ataque por sorpresa para capturar al rey enemigo, o sacrificando eventualmente una pieza con el fin de permitir a un peón llegar hasta la hilera octava para recuperar su reina. Esta fase del juego, que también tiene su propia literatura, es más precisa y puede calcularse con mayor exactitud.

5. NOTACIÓN DEL AJEDREZ

Se han escrito más libros sobre ajedrez que sobre todos los demás juegos juntos. El análisis en profundidad de todas las fases del juego, así como el registro de partidas, problemas y posiciones, se remonta al siglo IX y posibilitó el desarrollo de diversos métodos de notación ajedrecística. El sistema algebraico, desarrollado por los primeros jugadores árabes, es el más usado hoy en día. La notación algebraica asigna a cada casilla una letra y un número: las ocho hileras verticales (comenzando por la derecha del jugador que juega con las blancas) se nombran de la a a la h, y las ocho hileras horizontales (partiendo del bando blanco), se numeran del 1 al 8. Todas las piezas se designan por su letra inicial en mayúscula (para distinguir el rey de la reina, la reina se designa con la D de dama). Así por ejemplo, Df8 significa que la reina se mueve a la octava casilla de la columna f. La captura de una pieza se indica con la letra x. Dxb5 indica que la reina se come la pieza situada en la casilla b5.

6. HISTORIA DEL AJEDREZ

Juego medieval de ajedrez
El ajedrez se conoce desde el siglo VI d.C. y, aunque las reglas y las piezas han variado ligeramente a lo largo de los años, sigue siendo un juego de lógica y concentración. El ejemplo muestra un manuscrito europeo de la edad media.

El ajedrez tiene su origen en la India, más concretamente en el valle del Indo, y data del siglo VI d.C. Originalmente conocido como Chaturanga, o juego del ejército, se difundió rápidamente por las rutas comerciales, llegó a Persia, y desde allí al Imperio bizantino, extendiéndose posteriormente por toda Asia. El mundo árabe adoptó el ajedrez con un entusiasmo sin igual: estudiaron y analizaron en profundidad los mecanismos del juego, escribieron numerosos tratados sobre ajedrez y desarrollaron el sistema de notación algebraica.

El juego llegó a Europa entre los años 700 y 900, a través de la conquista musulmana de la península Ibérica. En las excavaciones de una sepultura vikinga hallada en la costa sur de Bretaña se encontró un juego de ajedrez, y en la región francesa de los Vosgos se descubrieron unas piezas del siglo X, de origen escandinavo, que respondían al modelo árabe tradicional. Durante la edad media, las penínsulas Ibérica e Itálica eran las zonas donde más se practicaba. Se jugaba de acuerdo con las normas árabes (descritas en diversos tratados de los que fue traductor y adaptador el rey Alfonso X el Sabio), según las cuales la reina y el alfil son piezas relativamente débiles, que sólo pueden avanzar de casilla en casilla. Durante los siglos XVI y XVII el ajedrez experimentó un importante cambio, y la reina se convirtió en la pieza más poderosa, en cuanto a su movimiento se refiere, del tablero. Fue entonces cuando se permitió a los peones avanzar dos casillas en su primer movimiento y se introdujeron la regla conocida como en passant ('al paso'), que permite capturar el peón que sigue su marcha y no come la ficha que se le ha ofrecido por una determinada estrategia, y el revolucionario concepto del enroque. Los jugadores italianos comenzaron a dominar el juego, arrebatándoles la supremacía a los españoles. Los italianos, a su vez, fueron desbancados por los franceses y los ingleses durante los siglos XVIII y XIX cuando el ajedrez, que había sido hasta entonces el juego predilecto de la nobleza y la aristocracia, pasó a los cafés y las universidades. El nivel del juego mejoró entonces de manera notable. Comenzaron a organizarse partidas y torneos con mayor frecuencia, y los jugadores más destacados crearon sus propias escuelas.

7. TORNEOS Y CAMPEONATOS DE AJEDREZ

José Raúl Capablanca
Kaspárov frente a Deep Blue

José Raúl Capablanca
Pensativo y concentrado en el juego, el gran maestro cubano de ajedrez José Raúl Capablanca medita el siguiente movimiento durante una de las muchas partidas que disputó a lo largo de su vida. Capablanca consiguió el título de campeón del mundo en 1921 (tras derrotar a Emanuel Lasker) y lo retuvo hasta 1927 (cuando fue derrotado por Alexander Alekhine).

Kaspárov frente a Deep Blue
El campeón del mundo de ajedrez, Gari Kaspárov, efectúa un movimiento en el transcurso de una de las partidas que jugó en Nueva York (Estados Unidos) durante el mes de mayo de 1997 frente a la computadora Deep Blue, programada por IBM. Deep Blue derrotó por 2-1 a Kaspárov, que el año anterior se había impuesto a la computadora por el mismo resultado.

A finales del siglo XVI comenzaron a organizarse los primeros certámenes ajedrecísticos, destacando el español Ruy López de Segura, considerado el inventor de la famosa “apertura española”. En el siglo XVIII fue el francés Philidur quien revolucionó el juego, resultando imbatible en todos los torneos. A lo largo del siglo XIX destacaron el alemán Adolf Anderssen y el estadounidense Paul Murphy.


Campeones del mundo de ajedrez

En 1914 se celebró en San Petersburgo un importante torneo, donde el zar Nicolás II creó el título de “gran maestro ajedrecista”, que concedió a los cinco finalistas: Emanuel Lasker, Alexander Alekhine, José Raúl Capablanca, Siegbert Tarrasch y Frank Marshall. Otros grandes jugadores del siglo XX fueron Max Euwe, Borís Spassky, Bobby Fischer, Mijaíl Tal, Anatoli Kárpov, Gari Kaspárov y los españoles Arturo Pomar y Miguel Illescas.

8. ASOCIACIONES DE AJEDREZ

Vladímir Kramnik
En 2000, el ajedrecista ruso Vladímir Kramnik derrotó a su compatriota Gari Kaspárov (desde 1993 campeón del mundo por la Professional Chess Association, PCA) en una competición organizada por una empresa británica de Internet. El título mundial dilucidado no fue reconocido por la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), tradicional organismo rector de este deporte.

La Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), organismo regulador del juego a nivel mundial, se fundó en París en 1924 y en la actualidad agrupa a 114 países miembros divididos en 11 zonas. En cada una de estas zonas se celebran torneos cada tres años, y los ganadores pasan a la Final de Candidatos, donde a su vez se determinan los aspirantes al título mundial. No obstante, en 1993 se produjo un cisma en el ajedrez mundial tras el cual la Asociación Profesional de Ajedrez (Professional Chess Association, PCA), organiza su propio Campeonato del Mundo al margen de la FID.

Química


1 INTRODUCCIÓN

Química, estudio de la composición, estructura y propiedades de las sustancias materiales, de sus interacciones y de los efectos producidos sobre ellas al añadir o extraer energía en cualquiera de sus formas. Desde los primeros tiempos, los seres humanos han observado la transformación de las sustancias —la carne cocinándose, la madera quemándose, el hielo derritiéndose— y han especulado sobre sus causas. Siguiendo la historia de esas observaciones y especulaciones, se puede reconstruir la evolución gradual de las ideas y conceptos que han culminado en la química moderna.

2 TECNOLOGÍA Y FILOSOFÍA EN LA ANTIGÜEDAD

Los primeros procesos químicos conocidos fueron realizados por los artesanos de Mesopotamia, Egipto y China. Al principio, los forjadores de esas tierras trabajaban con metales nativos como el oro y el cobre, que a veces se encontraban en la naturaleza en estado puro, pero rápidamente aprendieron a fundir menas (principalmente los óxidos metálicos y los sulfuros) calentándolas con madera o carbón de leña para obtener los metales. El uso progresivo del cobre, bronce y hierro dio origen a los nombres que los arqueólogos han aplicado a las distintas eras. En esas culturas se inició también una tecnología química primitiva, conforme los tintoreros descubrían métodos para fijar los tintes en los distintos tipos de tejidos y los alfareros aprendían a preparar barnices y más tarde a fabricar vidrio.

La mayoría de esos artesanos trabajaban en los monasterios y palacios haciendo artículos de lujo. En los monasterios especialmente, los monjes tenían tiempo para especular sobre el origen de los cambios que veían en el mundo que los rodeaba. Sus teorías se basaban frecuentemente en la magia, pero también elaboraron ideas astronómicas, matemáticas y cosmológicas, que utilizaban en sus intentos de explicar algunos de los cambios que hoy se consideran químicos.

3 FILOSOFÍA NATURAL GRIEGA

Desde los tiempos de Tales de Mileto, unos 600 años a.C., los filósofos griegos empezaron a hacer especulaciones lógicas sobre el mundo físico, en lugar de confiar en los mitos para explicar los fenómenos. El mismo Tales pensaba que toda la materia procedía del agua, que podía solidificarse en tierra o evaporarse en aire. Sus sucesores ampliaron esta teoría en la idea de que el mundo estaba compuesto por cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego. Según Demócrito, esos elementos estaban compuestos por átomos, partículas diminutas que se movían en el vacío. Otros, especialmente Aristóteles, creían que los elementos formaban un medio continuo de materia y, por tanto, el vacío no podía existir. La idea atómica perdió terreno rápidamente, pero nunca fue completamente olvidada. Cuando fue revisada durante el renacimiento, formó la base de la teoría atómica moderna.

Aristóteles fue el más influyente de los filósofos griegos, y sus ideas dominaron la filosofía natural durante casi dos milenios después de su muerte, en el 323 a.C. Creía que la materia poseía cuatro cualidades: calor, frío, humedad y sequedad. Cada uno de los cuatro elementos estaba compuesto por pares de esas cualidades; por ejemplo, el fuego era caliente y seco, el agua fría y húmeda, el aire caliente y húmedo, y la tierra fría y seca. Esos elementos con sus cualidades se combinaban en diferentes proporciones para formar los componentes del planeta terrestre. Puesto que era posible cambiar las cantidades de cada cualidad en un elemento, se podía transformar un elemento en otro; así, se pensaba que era posible cambiar las sustancias materiales formadas por los elementos, por ejemplo, el plomo en oro.

4 ALQUIMIA: AUGE Y DECLIVE

La teoría de Aristóteles fue aceptada por los prácticos artesanos, especialmente en Alejandría, Egipto, que después del 300 a.C. se convirtió en el centro intelectual del mundo antiguo. Ellos pensaban que los metales de la Tierra tendían a ser cada vez más perfectos y a convertirse gradualmente en oro, y creían que podían realizar el mismo proceso más rápidamente en sus talleres, transmutando así de forma artificial los metales comunes en oro. Comenzando el año 100 de la era cristiana, esta idea dominaba la mente de los filósofos y los trabajadores del metal, y se escribió un gran número de tratados sobre el arte de la transmutación que empezaba a conocerse como alquimia. Aunque nadie consiguió hacer oro, en la búsqueda de la perfección de los metales se descubrieron muchos procesos químicos.

Casi al mismo tiempo (y probablemente de forma independiente) apareció en China una alquimia similar. Aquí el objetivo también era fabricar oro, aunque no por el valor monetario del metal. Los chinos consideraban al oro como una medicina que podía conferir larga vida o incluso la inmortalidad a cualquiera que la consumiera. Al igual que los egipcios, los chinos aumentaron sus conocimientos de la química práctica a partir de teorías incorrectas.

4.1 Dispersión del pensamiento griego

Después del declive del Imperio romano, en la Europa occidental empezaron a estudiarse menos los escritos griegos, e incluso fueron bastante abandonados en el Mediterráneo oriental. Sin embargo, en el siglo VI, un grupo de cristianos conocidos como los nestorianos, cuyo idioma era el sirio, expandieron su influencia por Asia Menor. Establecieron una universidad en Edessa, Mesopotamia, y tradujeron al sirio un gran número de escritos filosóficos y médicos griegos para que pudieran ser utilizados por los estudiantes.

En los siglos VII y VIII, los conquistadores árabes expandieron la cultura islámica sobre gran parte de Asia Menor, norte de África y España. Los califas de Bagdad se convirtieron en mecenas activos de la ciencia y el saber. La traducción siria de los textos griegos fue traducida de nuevo, esta vez al árabe, y junto con el resto del saber griego volvieron a florecer las ideas y la práctica de la alquimia.

Los alquimistas árabes también estaban en contacto con China; así, a la idea del oro como metal perfecto le añadieron el concepto del oro como medicina. Se concibió un agente específico para estimular la transmutación, la ‘piedra filosofal’, que se convirtió en el objeto de investigación de los alquimistas. Ahora tenían un nuevo incentivo para estudiar los procesos químicos, porque podrían conducirlos no sólo a la riqueza, sino a la salud. En el estudio de los productos y aparatos químicos se hicieron grandes progresos. Se descubrieron importantes reactivos como los álcalis cáusticos (véase Metales alcalinos) y las sales de amonio (véase Amoníaco), y se mejoraron los aparatos de destilación. También se vio rápidamente la necesidad de aplicar más métodos cuantitativos, pues algunas fórmulas árabes daban instrucciones específicas sobre las cantidades de reactivos a utilizar.

4.2 El final de la edad media

En el siglo XI comenzó en Europa occidental un gran resurgimiento intelectual, estimulado en parte por los intercambios culturales entre los estudiantes árabes y cristianos en Sicilia y España. Se crearon escuelas de traductores, y sus traducciones transmitieron las ideas filosóficas y científicas al resto de los estudiantes europeos (véase Escuela de traductores de Toledo). Así, el saber de la ciencia griega pasó por las lenguas intermedias siria y árabe, fue difundido en la lengua erudita, el latín, y posteriormente se expandió por Europa. Muchos de los manuscritos leídos con más anhelo estaban relacionados con la alquimia.

Había dos tipos de manuscritos: unos eran puramente prácticos, y otros intentaban aplicar las teorías de la naturaleza de la materia a los problemas alquímicos. Entre los temas prácticos discutidos se encontraba la destilación. La fabricación de vidrio había mejorado considerablemente, sobre todo en Venecia, y fue posible construir aparatos de destilación mejores que los fabricados por los árabes para condensar los productos más volátiles de la destilación. Entre los productos más importantes obtenidos así se encontraban el alcohol y los ácidos minerales: ácido nítrico, agua regia (una mezcla de ácido nítrico y clorhídrico), ácido sulfúrico y ácido clorhídrico. Utilizando estos poderosos reactivos podían realizarse muchas reacciones nuevas. El descubrimiento por parte de los chinos de los nitratos y la pólvora llegó pronto a Occidente a través de los árabes. Al principio, los chinos utilizaban la pólvora para los fuegos artificiales, pero en Occidente se convirtió rápidamente en un elemento importante de la guerra. A finales del siglo XIII ya existía en Europa una tecnología química bastante eficaz.

El segundo tipo de manuscritos alquímicos transmitidos por los árabes concernía a la teoría. Muchos de esos escritos revelaban un carácter místico que contribuía poco al avance de la química, pero otros intentaban explicar la transmutación en términos físicos. Los árabes basaban sus teorías de la materia en las ideas aristotélicas, pero su pensamiento tendía a ser más específico, sobre todo en lo referente a la composición de los metales. Ellos creían que los metales consistían en azufre y mercurio, no propiamente estas sustancias que conocían muy bien, sino más bien el principio del mercurio, que confería la propiedad de fluidez a los metales, y el principio del azufre que convertía en combustibles a las sustancias y corroía a los metales. Las reacciones químicas se explicaban en términos de cambios en las cantidades de esos principios dentro de las sustancias materiales.

4.3 El renacimiento

Durante los siglos XIII y XIV, la influencia de Aristóteles sobre todas las ramas del pensamiento científico empezó a debilitarse. La observación del comportamiento de la materia arrojó dudas sobre las explicaciones relativamente simples que Aristóteles había proporcionado; estas dudas se expandieron con rapidez después de la invención (en torno al 1450) de la imprenta con tipos móviles. Después del 1500 aparecieron cada vez más trabajos académicos, así como trabajos dedicados a la tecnología. El resultado de este saber creciente se hizo más visible en el siglo XVI.

4.3.1 El nacimiento de los métodos cuantitativos

Entre los libros más influyentes que aparecieron en esa época había trabajos prácticos sobre minería y metalurgia. Esos tratados dedicaban mucho espacio a la extracción de los metales valiosos de las menas, trabajo que requería el uso de una balanza o una escala de laboratorio y el desarrollo de métodos cuantitativos (véase Análisis químico). Los especialistas de otras áreas, especialmente de medicina, empezaron a reconocer la necesidad de una mayor precisión. Los médicos, algunos de los cuales eran alquimistas, necesitaban saber el peso o volumen exacto de la dosis que administraban. Así, empezaron a utilizar métodos químicos para preparar medicinas.

Esos métodos fueron promovidos enérgicamente por el excéntrico médico suizo Theophrastus von Hohenheim, conocido como Paracelso. Al crecer en una región minera, se había familiarizado con las propiedades de los metales y sus compuestos, que, según él, eran superiores a los remedios de hierbas utilizados por los médicos ortodoxos. Paracelso pasó la mayor parte de su vida disputando violentamente con los médicos de la época, y en el proceso fundó la ciencia de la iatroquímica (uso de medicinas químicas), precursora de la farmacología. Él y sus seguidores descubrieron muchos compuestos y reacciones químicas. Modificó la vieja teoría del mercurio-azufre sobre la composición de los metales, añadiendo un tercer componente, la sal, la parte terrestre de todas las sustancias. Declaró que cuando la madera arde “lo que se quema es azufre, lo que se evapora es mercurio y lo que se convierte en cenizas es sal”. Al igual que con la teoría del azufre-mercurio, se refería a los principios, no a las sustancias materiales que responden a esos nombres. Su hincapié en el azufre combustible fue importante para el desarrollo posterior de la química. Los iatroquímicos que seguían a Paracelso modificaron parte de sus ideas más extravagantes y combinaron las fórmulas de él con las suyas propias para preparar remedios químicos. A finales del siglo XVI, Andreas Libavius publicó su Alchemia, que organizaba el saber de los iatroquímicos y que se considera a menudo como el primer libro de química.

En la primera mitad del siglo XVII empezaron a estudiar experimentalmente las reacciones químicas, no porque fueran útiles en otras disciplinas, sino más bien por razones propias. Jan Baptista van Helmont, médico que dejó la práctica de la medicina para dedicarse al estudio de la química, utilizó la balanza en un experimento para demostrar que una cantidad definida de arena podía ser fundida con un exceso de álcali formando vidrio soluble, y cuando este producto era tratado con ácido, regeneraba la cantidad original de arena (sílice). Ésos fueron los fundamentos de la ley de conservación de la masa. Van Helmont demostró también que en ciertas reacciones se liberaba un fluido aéreo. A esta sustancia la llamó gas. Así se demostró que existía un nuevo tipo de sustancias con propiedades físicas particulares.

4.3.2 Resurgimiento de la teoría atómica

En el siglo XVI, los experimentos descubrieron cómo crear un vacío, algo que Aristóteles había declarado imposible. Esto atrajo la atención sobre la antigua teoría de Demócrito, que había supuesto que los átomos se movían en un vacío. El filósofo y matemático francés René Descartes y sus seguidores desarrollaron una visión mecánica de la materia en la que el tamaño, la forma y el movimiento de las partículas diminutas explicaban todos los fenómenos observados. La mayoría de los iatroquímicos y filósofos naturales de la época suponían que los gases no tenían propiedades químicas, de aquí que su atención se centrara en su comportamiento físico. Comenzó a desarrollarse una teoría cinético-molecular de los gases. En esta dirección fueron notables los experimentos del químico físico británico Robert Boyle, cuyos estudios sobre el ‘muelle de aire’ (elasticidad) condujeron a lo que se conoce como ley de Boyle, una generalización de la relación inversa entre la presión y el volumen de los gases.

5 FLOGISTO: TEORÍA Y EXPERIMENTO

Mientras muchos filósofos naturales especulaban sobre las leyes matemáticas, los primeros químicos intentaban utilizar en el laboratorio las teorías químicas para explicar las reacciones reales que observaban. Los iatroquímicos ponían especial atención en el azufre y en las teorías de Paracelso. En la segunda mitad del siglo XVII, el médico, economista y químico alemán Johann Joachim Becher construyó un sistema químico en torno a su principio. Becher anotó que cuando la materia orgánica ardía, parecía que un material volátil salía de la sustancia. Su discípulo Georg Ernst Stahl, hizo de éste el punto central de una teoría que sobrevivió en los círculos químicos durante casi un siglo.

Stahl supuso que cuando algo ardía, su parte combustible era expulsada al aire. A esta parte la llamó flogisto, de la palabra griega flogistós, ‘inflamable’. La oxidación de los metales era análoga a la combustión y, por tanto, suponía pérdida de flogisto. Las plantas absorbían el flogisto del aire, por lo que eran ricas en él. Al calentar las escorias (u óxidos) de los metales con carbón de leña, se les restituía el flogisto. Así dedujo que la escoria era un elemento y el metal un compuesto. Esta teoría es casi exactamente la contraria al concepto moderno de oxidación-reducción, pero implica la transformación cíclica de una sustancia (aunque fuera en sentido inverso), y podía explicar algunos de los fenómenos observados. Sin embargo, recientes estudios de la literatura química de la época muestran que la explicación del flogisto no tuvo mucha influencia entre los químicos hasta que fue recuperada por el químico Antoine Laurent de Lavoisier, en el último cuarto del siglo XVIII.

5.1 El siglo XVIII

En esa época, otra observación hizo avanzar la comprensión de la química. Al estudiarse cada vez más productos químicos, los químicos observaron que ciertas sustancias combinaban más fácilmente o tenían más afinidad por un determinado producto químico que otras. Se prepararon tablas que mostraban las afinidades relativas al mezclar diferentes productos. El uso de estas tablas hizo posible predecir muchas reacciones químicas antes de experimentarlas en el laboratorio.

Todos esos avances condujeron en el siglo XVIII al descubrimiento de nuevos metales y sus compuestos y reacciones. Comenzaron a desarrollarse métodos analíticos cualitativos y cuantitativos, dando origen a la química analítica. Sin embargo, mientras existiera la creencia de que los gases sólo desempeñaban un papel físico, no podía reconocerse todo el alcance de la química.

El estudio químico de los gases, generalmente llamados ‘aires’, empezó a adquirir importancia después de que el fisiólogo británico Stephen Hales desarrollara la cubeta o cuba neumática para recoger y medir el volumen de los gases liberados en un sistema cerrado; los gases eran recogidos sobre el agua tras ser emitidos al calentar diversos sólidos. La cuba neumática se convirtió en un mecanismo valioso para recoger y estudiar gases no contaminados por el aire ordinario. El estudio de los gases avanzó rápidamente y se alcanzó un nuevo nivel de comprensión de los distintos gases.

La interpretación inicial del papel de los gases en la química se produjo en Edimburgo (Escocia) en 1756, cuando Joseph Black publicó sus estudios sobre las reacciones de los carbonatos de magnesio y de calcio. Al calentarlos, estos compuestos desprendían un gas y dejaban un residuo de lo que Black llamaba magnesia calcinada o cal (los óxidos). Esta última reaccionaba con el ‘álcali’ (carbonato de sodio) regenerando las sales originales. Así, el gas dióxido de carbono, que Black denominaba aire fijo, tomaba parte en las reacciones químicas (estaba “fijo”, según sus palabras). La idea de que un gas no podía entrar en una reacción química fue desechada, y pronto empezaron a reconocerse nuevos gases como sustancias distintas.

En la década siguiente, el físico británico Henry Cavendish aisló el ‘aire inflamable’ (hidrógeno). También introdujo el uso del mercurio en lugar del agua como el líquido sobre el que se recogían los gases, posibilitando la recogida de los gases solubles en agua. Esta variante fue utilizada con frecuencia por el químico y teólogo británico Joseph Priestley, quien recogió y estudió casi una docena de gases nuevos. El descubrimiento más importante de Priestley fue el oxígeno; pronto se dio cuenta de que este gas era el componente del aire ordinario responsable de la combustión, y que hacía posible la respiración animal. Sin embargo, su razonamiento fue que las sustancias combustibles ardían enérgicamente y los metales formaban escorias con más facilidad en este gas porque el gas no contenía flogisto. Por tanto, el gas aceptaba el flogisto presente en el combustible o el metal más fácilmente que el aire ordinario que ya contenía parte de flogisto. A este nuevo gas lo llamó ‘aire deflogistizado’ y defendió su teoría hasta el final de sus días.

Mientras tanto, la química había hecho grandes progresos en Francia, particularmente en el laboratorio de Lavoisier. A éste le preocupaba el hecho de que los metales ganaban peso al calentarlos en presencia de aire, cuando se suponía que estaban perdiendo flogisto.

En 1774, Priestley visitó Francia y le comentó a Lavoisier su descubrimiento del aire deflogistizado. Lavoisier entendió rápidamente el significado de esta sustancia, y este hecho abrió el camino para la revolución química que estableció la química moderna. Lavoisier lo llamó ‘oxígeno’, que significa ‘generador de ácidos’.

5.2 El nacimiento de la química moderna

Lavoisier demostró con una serie de experimentos brillantes que el aire contiene un 20% de oxígeno y que la combustión es debida a la combinación de una sustancia combustible con oxígeno. Al quemar carbono se produce aire fijo (dióxido de carbono). Por tanto, el flogisto no existe. La teoría del flogisto fue sustituida rápidamente por la visión de que el oxígeno del aire combina con los elementos componentes de la sustancia combustible formando los óxidos de dichos elementos. Lavoisier utilizó la balanza de laboratorio para darle apoyo cuantitativo a su trabajo. Definió los elementos como sustancias que no pueden ser descompuestas por medios químicos, preparando el camino para la aceptación de la ley de conservación de la masa. Sustituyó el sistema antiguo de nombres químicos (basado en el uso alquímico) por la nomenclatura química racional utilizada hoy, y ayudó a fundar el primer periódico químico. Después de morir en la guillotina en 1794, sus colegas continuaron su trabajo estableciendo la química moderna. Un poco más tarde, el químico sueco Jöns Jakob Berzelius propuso representar los símbolos de los átomos de los elementos por la letra o par de letras iniciales de sus nombres.

6 LOS SIGLOS XIX Y XX

A principios del siglo XIX, la precisión de la química analítica había mejorado tanto que los químicos podían demostrar que los compuestos simples con los que trabajaban contenían cantidades fijas e invariables de sus elementos constituyentes. Sin embargo, en ciertos casos, con los mismos elementos podía formarse más de un compuesto. Por esa época, el químico y físico francés Joseph Gay-Lussac demostró que los volúmenes de los gases reaccionantes están siempre en la relación de números enteros sencillos, es decir, la ley de las proporciones múltiples (que implica la interacción de partículas discontinuas o átomos). Un paso importante en la explicación de estos hechos fue, en 1803, la teoría atómica química del científico inglés John Dalton.

Dalton supuso que cuando se mezclaban dos elementos, el compuesto resultante contenía un átomo de cada uno. En su sistema, el agua podría tener una fórmula correspondiente a HO. Dalton asignó arbitrariamente al hidrógeno la masa atómica 1 y luego calculó la masa atómica relativa del oxígeno. Aplicando este principio a otros compuestos, calculó las masas atómicas de los elementos conocidos hasta entonces. Su teoría contenía muchos errores, pero la idea era correcta y se podía asignar un valor cuantitativo preciso a la masa de cada átomo.

6.1 Teoría molecular

La teoría de Dalton no explicaba por completo la ley de las proporciones múltiples y no distinguía entre átomos y moléculas. Así, no podía distinguir entre las posibles fórmulas del agua HO y H2O2, ni podía explicar por qué la densidad del vapor de agua, suponiendo que su fórmula fuera HO, era menor que la del oxígeno, suponiendo que su fórmula fuera O. El físico italiano Amedeo Avogadro encontró la solución a esos problemas en 1811. Sugirió que a una temperatura y presión dadas, el número de partículas en volúmenes iguales de gases era el mismo, e introdujo también la distinción entre átomos y moléculas. Cuando el oxígeno se combinaba con hidrógeno, un átomo doble de oxígeno (molécula en nuestros términos) se dividía, y luego cada átomo de oxígeno se combinaba con dos átomos de hidrógeno, dando la fórmula molecular de H2O para el agua y O2 y H2 para las moléculas de oxígeno e hidrógeno, respectivamente.

Las ideas de Avogadro fueron ignoradas durante casi 50 años, tiempo en el que prevaleció una gran confusión en los cálculos de los químicos. En 1860 el químico italiano Stanislao Cannizzaro volvió a introducir la hipótesis de Avogadro. Por esta época, a los químicos les parecía más conveniente elegir la masa atómica del oxígeno, 16, como valor de referencia con el que relacionar las masas atómicas de los demás elementos, en lugar del valor 1 del hidrógeno, como había hecho Dalton. La masa molecular del oxígeno, 32, se usaba internacionalmente y se llamaba masa molecular del oxígeno expresada en gramos, o simplemente 1 mol de oxígeno. Los cálculos químicos se normalizaron y empezaron a escribirse fórmulas fijas.

El antiguo problema de la naturaleza de la afinidad química permanecía sin resolver. Durante un tiempo pareció que la respuesta podría estar en el campo de la electroquímica, descubierto recientemente. El descubrimiento en 1800 de la pila voltaica, la primera pila eléctrica real, proporcionó a los químicos una nueva herramienta que llevó al descubrimiento de metales como el sodio y el potasio. Berzelius opinaba que las fuerzas electrostáticas positivas y negativas podían mantener unidos a los elementos, y al principio sus teorías fueron aceptadas. Cuando los químicos empezaron a preparar y estudiar nuevos compuestos y reacciones en las que las fuerzas eléctricas parecían no estar implicadas (compuestos no polares), el problema de la afinidad fue postergado por un tiempo.

6.2 Nuevos campos de la química

En el siglo XIX, los avances más sorprendentes de la química se produjeron en el área de la química orgánica. La teoría estructural, que proporcionaba una imagen de cómo se mantenían los átomos juntos, no era matemática, sino que empleaba su propia lógica. Ella hizo posible la predicción y preparación de muchos compuestos nuevos, incluyendo una gran cantidad de tintes, medicinas y explosivos importantes, que dieron origen a grandes industrias químicas, especialmente en Alemania.

Al mismo tiempo, aparecieron otras ramas de la química. Estimulados por los avances logrados en física, algunos químicos pensaron en aplicar métodos matemáticos a su ciencia. Los estudios de la velocidad de las reacciones culminaron en el desarrollo de las teorías cinéticas, que tenían valor tanto para la industria como para la ciencia pura. El reconocimiento de que el calor era debido al movimiento a escala atómica (un fenómeno cinético), hizo abandonar la idea de que el calor era una sustancia específica (denominada calórica) e inició el estudio de la termodinámica química. La extensión de los estudios electroquímicos llevó al químico sueco Svante August Arrhenius a postular la disociación de las sales en disolución para formar iones portadores de cargas eléctricas. Los estudios de los espectros de emisión y absorción de los elementos y compuestos empezaron a adquirir importancia tanto para los químicos como para los físicos, culminando en el desarrollo del campo de la espectroscopia. Además, comenzó una investigación fundamental sobre los coloides y la fotoquímica. A finales del siglo XIX, todos los estudios de este tipo fueron englobados en un campo conocido como química física.

La química inorgánica también necesitaba organizarse. Seguían descubriéndose nuevos elementos, pero no se había descubierto ningún método de clasificación que pudiera poner orden en sus reacciones. El sistema periódico, formulado a raíz de que el químico ruso Dmitri Ivánovich Mendeléiev en 1869 y el químico alemán Julius Lothar Meyer en 1870 elaboraran independientemente la ley periódica, eliminó esta confusión e indicó dónde se encontrarían los nuevos elementos y qué propiedades tendrían.

A finales del siglo XIX, la química, al igual que la física, parecía haber alcanzado un punto en el que no quedaba ningún campo sorprendente por desarrollar. Esta visión cambió completamente con el descubrimiento de la radiactividad. Los métodos químicos fueron utilizados para aislar nuevos elementos, como el radio, para separar nuevos tipos de sustancias conocidas como isótopos, y para sintetizar y aislar los nuevos elementos transuránicos. Los físicos consiguieron dibujar la estructura real de los átomos, que resolvía el antiguo problema de la afinidad química y explicaba la relación entre los compuestos polares y no polares. Véase Física nuclear.

Otro avance importante de la química en el siglo XX fue la fundación de la bioquímica; empezó simplemente con el análisis de los fluidos corporales, pero pronto se desarrollaron métodos para determinar la naturaleza y función de los componentes celulares más complejos. Hacia la mitad del siglo, los bioquímicos habían aclarado el código genético y explicado la función de los genes, base de toda la vida. El campo había crecido tanto que su estudio culminó en una nueva ciencia, la biología molecular.

6.3 Investigaciones recientes en química

Los recientes avances en biotecnología y ciencia de los materiales están ayudando a definir las fronteras de la investigación química. En biotecnología se ha podido iniciar un esfuerzo internacional para ordenar en serie el genoma humano gracias a instrumentos analíticos sofisticados. Probablemente, el éxito de este proyecto cambiará la naturaleza de campos como la biología molecular y la medicina. La ciencia de los materiales, una combinación interdisciplinaria de física, química e ingeniería, dirige el diseño de los materiales y mecanismos avanzados. Ejemplos recientes son el descubrimiento de ciertos compuestos cerámicos que mantienen su superconductividad a temperaturas por debajo de -196 ºC, el desarrollo de polímeros emisores de luz y la enorme diversidad de compuestos que surgieron de la investigación sobre el buckminsterfullereno.

Incluso en los campos convencionales de la investigación química, las nuevas herramientas analíticas están suministrando detalles sin precedentes sobre los productos químicos y sus reacciones. Por ejemplo, las técnicas de láser proporcionan información instantánea de reacciones químicas en fase gaseosa a una escala de femtosegundos (una milésima de una billonésima de segundo).

6.4 La industria química

El crecimiento de las industrias químicas y la formación de químicos profesionales ha tenido una correlación interesante. Hasta hace unos 150 años, los químicos no recibían formación profesional. La química avanzaba gracias al trabajo de los que se interesaban en el tema, pero éstos no hacían ningún esfuerzo sistemático por formar a nuevos trabajadores en ese campo. Los médicos y los aficionados con recursos contrataban a veces ayudantes, de los cuales sólo unos pocos continuaban la labor de su maestro.

Sin embargo, a principios del siglo XIX se modificó este sistema casual de educación química. En Alemania, país con una larga tradición de investigación, se empezaron a crear universidades provinciales. En Giessen, el químico alemán Justus von Liebig fundó un centro de investigación química. Este primer laboratorio de enseñanza tuvo tanto éxito que atrajo a estudiantes de todo el mundo. Poco después le siguieron otras universidades alemanas.

Así, se empezó a formar a un gran grupo de químicos jóvenes en la época en que las industrias químicas comenzaban a explotar los nuevos descubrimientos. Esta explotación comenzó durante la Revolución Industrial; por ejemplo, el método Leblanc para la producción de sosa —uno de los primeros procesos de producción a gran escala— fue desarrollado en Francia en 1791 y comercializado en Gran Bretaña a principios de 1823. Los laboratorios de esas industrias en franco desarrollo podían emplear a los estudiantes de química recién formados y también podían contar con los profesores de la universidad como asesores. Esta interacción entre las universidades y la industria química benefició a ambas, y el rápido crecimiento de la industria de la química orgánica hacia finales del siglo XIX dio origen a los grandes consorcios tintoreros y farmacéuticos que otorgaron a Alemania el predominio científico en ese campo hasta la I Guerra Mundial.

Después de la guerra, el sistema alemán fue introducido en todas las naciones industriales del mundo, y la química y las industrias químicas progresaron aún más rápidamente. Entre otros desarrollos industriales recientes se encuentra el incremento del uso de los procesos de reacción que utilizan enzimas, debido principalmente a los bajos costos y altos beneficios que pueden conseguirse. En la actualidad las industrias están estudiando métodos que utilizan la ingeniería genética para producir microorganismos con propósitos industriales.

6.5 La química y la sociedad

La química ha tenido una influencia enorme sobre la vida humana. En otras épocas las técnicas químicas se utilizaban para aislar productos naturales y para encontrar nuevas formas de utilizarlos. En el siglo XIX se desarrollaron técnicas para sintetizar sustancias nuevas que eran mejores que las naturales, o que podían reemplazarlas por completo con gran ahorro. Al aumentar la complejidad de los compuestos sintetizados, empezaron a aparecer materiales totalmente nuevos para usos modernos. Se crearon nuevos plásticos y tejidos, y también fármacos que acababan con todo tipo de enfermedades. Al mismo tiempo empezaron a unirse ciencias que antes estaban totalmente separadas. Los físicos, biólogos y geólogos habían desarrollado sus propias técnicas y su forma de ver el mundo, pero en un momento dado se hizo evidente que cada ciencia, a su modo, era el estudio de la materia y sus cambios. La química era la base de todas ellas. La creación de disciplinas intercientíficas como la geoquímica o la bioquímica ha estimulado a todas las ciencias originales.

El progreso de la ciencia en los últimos años ha sido espectacular, aunque los beneficios de este progreso han acarreado los riesgos correspondientes. Los peligros más evidentes proceden de los materiales radiactivos, por su potencial para producir cáncer en los individuos expuestos y mutaciones en sus hijos. También se ha hecho evidente que la acumulación, en las plantas o células animales, de pesticidas (que antes se consideraban inocuos), o de productos secundarios de los procesos de fabricación, suele tener efectos nocivos. Este descubrimiento, lentamente reconocido al principio, ha llevado a establecer nuevos campos de estudio relacionados con el medio ambiente y con la ecología en general.

El Cuerpo Humano


Tu cuerpo es asombroso. No existe ninguna máquina tan compleja. ¿Sabes que tienes más de 200 huesos y 600 músculos, o que el corazón, los pulmones o el estómago trabajan 24 horas al día durante toda tu vida? ¿Sabías que en tu cabeza está el centro que gobierna y controla tu organismo?

Las distintas partes de tu cuerpo se agrupan en sistemas. Cada sistema o aparato desempeña una función, y todos ellos trabajan juntos de forma coordinada para que tu cuerpo funcione correctamente.

TUS HUESOS Y TUS MÚSCULOS

Los huesos forman el esqueleto, que es una estructura que sostiene y protege tus órganos. La unión de un hueso con otro recibe el nombre de articulación. Algunas articulaciones son móviles: la del hombro permite que tu brazo se mueva en círculos; la de la rodilla hace que la pierna se desplace hacia delante y hacia atrás. Otras articulaciones, como la de los huesos del cráneo, no tienen ningún movimiento.

Tú te mueves gracias a los músculos. Algunos músculos recubren tus huesos y, al contraerse, tiran de ellos y hacen que tu cuerpo pueda moverse. Otros músculos forman parte de algunos de tus órganos.

TU SISTEMA NERVIOSO

El sistema nervioso controla y dirige todo tu cuerpo, así como su relación con el medio en el que vives. Está formado por el encéfalo, la médula espinal y los nervios. El encéfalo está dentro del cráneo; la médula espinal se aloja en el interior de la columna vertebral, y los nervios se distribuyen por todo tu organismo.

El encéfalo está formado por el cerebro, el cerebelo y el tronco cerebral. Desde el encéfalo se envían órdenes a todo tu cuerpo a través de tus nervios. Supongamos que quieres saltar; desde el encéfalo se transmiten señales que ordenan a los músculos de tus piernas que se muevan.

¿Te has parado a pensar que tu corazón late sin que te des cuenta? Hay mensajes que se ocupan de las funciones de órganos, como el corazón o los pulmones, que nosotros no podemos controlar con nuestra voluntad. Tu sistema nervioso le dice a tu corazón que tiene que latir, y a tus pulmones, que tienen que respirar, incluso cuando duermes.

Los nervios también transportan señales hacia tu cerebro. Así es como llega a tu cerebro lo que tus ojos están viendo o los sonidos que tu oído percibe.

TU APARATO CIRCULATORIO

Tu aparato circulatorio está formado por el corazón y los vasos sanguíneos (arterias, venas y capilares). Por este sistema circula la sangre, que sale del corazón y se distribuye por las arterias, para después regresar de nuevo al corazón a través de las venas. Durante este trayecto, reparte el oxígeno y los nutrientes, y recoge las sustancias de desecho.

El corazón es el motor que hace funcionar tu cuerpo ¿Sabías que cada vez que late expulsa la sangre de su interior y la empuja para que circule por todos los rincones de tu organismo? Tu corazón funciona como una bomba que envía sangre hacia los vasos sanguíneos.

Los vasos sanguíneos son tubos huecos y flexibles de diferentes tamaños que se distribuyen por todo tu organismo, como si fueran una red de autopistas, carreteras y caminos. Pueden ser de tres tipos: arterias, venas o capilares.

Las arterias son los vasos sanguíneos que llevan la sangre que sale de tu corazón hacia todas las partes de tu cuerpo. Las venas son los vasos sanguíneos que llevan la sangre desde todas las partes de tu cuerpo de nuevo hacia el corazón. Los capilares son los vasos sanguíneos más pequeños que existen. En ellos la sangre cede el oxígeno y los nutrientes a las células, y recoge los productos de desecho.

TU SISTEMA RESPIRATORIO

Tú utilizas tus pulmones para respirar. Cuando inspiras, introduces aire en ellos. Este aire contiene oxígeno, un gas que necesitas para vivir. La sangre que está en tus pulmones capta el oxígeno y cede al aire dióxido de carbono, un gas perjudicial para tu cuerpo. Cuando espiras, tus pulmones expulsan hacia el exterior el aire con el dióxido de carbono.

TU APARATO DIGESTIVO

Para poder vivir necesitas alimentarte. Los alimentos te proporcionan la energía y los componentes necesarios para construir o reparar los tejidos que forman tu organismo. Pero, para que tu cuerpo pueda utilizar los alimentos, es necesario que se produzca la digestión.

La digestión es un proceso que tiene lugar en el aparato digestivo, mediante el cual los alimentos se rompen en sustancias más pequeñas, llamadas nutrientes. Por lo tanto, la función de los órganos del aparato digestivo es descomponer los alimentos en nutrientes; absorber estos nutrientes, y eliminar los restos de los alimentos en forma de heces.

El aparato digestivo está compuesto por dos tipos de órganos: por unos pasan los alimentos y se fragmentan (la boca, el esófago, el estómago, el intestino delgado y el intestino grueso), y los otros son los que producen sustancias que participan en la digestión, pero por los que no pasa el alimento (el hígado y el páncreas).

TU APARATO EXCRETOR

Muchas de las sustancias que son perjudiciales o que simplemente no son necesarias para nuestro cuerpo se expulsan al exterior, en forma de orina, a través del aparato excretor. El aparato excretor está formado por los riñones y las vías urinarias. Los órganos del aparato excretor realizan una función muy importante, ‘limpian’ nuestro cuerpo.

Igual que el agua de una piscina pasa por una depuradora y sale de ella limpia, la sangre pasa por los riñones para depurarse. La sangre recoge los productos de desecho de las células del organismo. ¿Sabías que tus riñones limpian toda tu sangre unas 300 veces cada día? Los riñones trabajan sin descanso y producen la orina, que se almacena en la vejiga y se expulsa al exterior por la uretra.

TU SISTEMA INMUNITARIO

Tu sistema inmunitario te defiende de los gérmenes y otras sustancias que pueden hacerte enfermar. Los glóbulos blancos, o leucocitos, y otras defensas químicas de tu sistema inmunitario se apresuran para encontrar y destruir sustancias y microorganismos dañinos para tu cuerpo.

TU SISTEMA ENDOCRINO

El sistema endocrino está compuesto por un conjunto de glándulas, llamadas glándulas endocrinas. Las glándulas endocrinas producen hormonas. Hay muchas glándulas distintas, y cada una produce hormonas diferentes.

Las hormonas son sustancias que se fabrican dentro de nuestro cuerpo y que activan, desactivan o controlan algunas funciones del organismo. El crecimiento de tu cuerpo, la producción de la leche de la madre para el recién nacido o el desarrollo sexual normal propio de la pubertad son ejemplos de funciones controladas por las hormonas.

TU APARATO REPRODUCTOR

El aparato reproductor es la parte de nuestro cuerpo encargada de la función de la reproducción. El aparato reproductor de las mujeres es distinto del de los hombres, y los órganos que los forman también son diferentes.

El aparato reproductor masculino produce espermatozoides; el femenino, óvulos. Para que el ser humano se reproduzca tiene que producirse la unión de un espermatozoide y un óvulo. Esta unión dará origen a una nueva célula, que se llama huevo o cigoto y que se implantará en el útero de la mujer. A partir del cigoto se crearán millones de células nuevas, y durante unos nueve meses, el cuerpo del futuro bebé irá creciendo, poco a poco, en el vientre de su madre.

jueves, 3 de junio de 2010

Las Lagunas de Mejía


Santuario Nacional Lagunas de Mejía
El Santuario Nacional Lagunas de Mejía se estableció el 24 de febrero de 1984, mediante Decreto Supremo Nº 015-84-AG. Esta situado en la costa de Arequipa, con una extensión de 690.6 Ha de humedales en la desembocadura del río Tambo; reviste enorme interés por ser una de la estaciones para aves migratorias más importantes en toda la costa peruana.

En el Santuario Nacional Lagunas de Mejía es posible encontrar 141 especies de aves, de las cuales 84 son residentes de la costa peruana y 57 , migratorias, o sea que se las encuentra en esta zona sólo en una determinada época del año, en su afán de escapar del crudo invierno de otras latitudes. De las migratorias, 17 llegan a Mejía de otras partes del Perú, 4 de otros países de Sudamérica y 34 desde América del Norte.

Lagunas de MejíaContenido
1 Objetivo de Creación
2 Geografía
3 Clima
4 Lagunas
5 Habitats
5.1 Los gramadales, totorales y juncales
6 Vegetación
7 Fauna
7.1 Otros elementos de fauna
8 Acceso
9 Referencias

Objetivo de Creación
Turismo por áreas
Zona Norte
Zona Centro
Zona Sur

Atractivos de Arequipa
Santa Catalina
Yanahuara
Cañón del Colca
Cañón de Cotahuasi
Mansión del Fundador
Volcán Misti
Nevado Chachani
Volcán Ampato
Momia Juanita
Salinas y Aguada Blanca
Lagunas de Mejía
Sabandía
Baños Termales de Yura
Toro Muerto

Ruta Sur del Perú
Lima
Ica
Arequipa
Ayacucho
Apurímac
Puno

Tipos de Turismo
Turismo Cultural-Histórico
Turismo de Aventura
Ecoturismo
Turismo Vivencial
Turismo Gastronómico
Turismo Medicinal




Mapa de UbicaciónEl Decreto Supremo No 015-84-AG de creación del Santuario Nacional Lagunas de Mejía, al considerar que el área constituye un refugio único en la región costera del país para las aves migratorias de otros continentes en su ruta migratoria norte-sur, así como un hábitat para las especies endémicas en peligro de extinción y albergue de importantes asociaciones de flora silvestre propias de ecosistemas acuáticos del litoral, declaró como objetivo principal del área la protección, particularmente de la fauna ornitológica migrante y endémica en peligro de extinción, así como las asociaciones de flora silvestre existentes.

Geografía
El Santuario Nacional Lagunas de Mejía está ubicado en la costa del Pacífico sur del Perú, en el departamento de Arequipa, en los distritos de Mejía, Deán Valdivia y en una pequeña porción de Punta Bombón, a escasos metros de la línea de marea del Océano Pacífico. Su área de influencia abarca diferentes tipos de hábitats: pantanos, fangales salinos, totorales, monte ribereño, gramadales y vastas playas arenosas. Este complejo de hábitats reunidos en un área pequeña (690.6 hectáreas), conforma uno de los humedales más importantes de la costa occidental de Sudamérica, el mismo que alberga un elevado número de especies de aves residentes y migratorias, así como otras muestras de fauna, flora y microflora característica de los humedales

Clima

Vista de LagunasA pesar de su relativa cercanía a la línea ecuatorial, el área donde se localiza el Santuario Nacional Lagunas de Mejía cuenta con una temperatura media anual baja. Según la estación meteorológica más cercana (Mollendo), la temperatura media anual es de 19,8°C y la precipitación total promedio anual es de 10,8 mm. Esto se debe en gran medida a la influencia de la Corriente Peruana o de Humboldt, de aguas frías marinas, cuya presencia también impide la formación de lluvias, haciendo que esta parte del litoral sea una zona extremadamente desértica desde el departamento de Ica en Perú hasta La Serena en Chile. Las precipitaciones en el área son escasas, presentándose comúnmente las denominadas garúas producto de las neblinas invernales.

El clima del lugar es propio de la zona de vida desierto seco - Templado Cálido o desierto superárido - Templado Cálido, caracterizado por ser extremadamente árido. Debido a la escasez de precipitaciones o la ausencia total de éstas, algunos años son hidrológicamente secos.

Lagunas
En ambas márgenes de la boca del río Tambo hay lagunas de dimensiones variables y probablemente de diferentes orígenes.

Las lagunas situadas en el sector norte de la desembocadura del río, el sistema de lagunas Iberia y Mejía, son en realidad afloramientos de agua de retorno de irrigaciones localizadas en las Pampas de Iberia. El agua que origina estas lagunas proviene de las filtraciones y flujos superficiales de la Irrigación Ensenada-Mejía-Mollendo, que data del año 1942.

La Irrigación Iberia (Pampas de Iberia) influye en la laguna Iberia por efecto de filtraciones y escorrentías superficiales. El río Tambo además constituye una fuente importante de agua para las lagunas de Boquerón en vista que en su período de mayor descarga (diciembre a abril) parte de sus aguas inundan la zona baja del Boquerón alimentando las lagunas allí presentes. Esto se constata en las lagunas del sur del santuario por la presencia de aguas turbias cargadas de sedimentos. Adicionalmente, se sabe que estas lagunas reciben agua proveniente de la napa freática de la cuenca.

Habitats

Habitats en LagunasLos gramadales, totorales y juncales
En estas asociaciones vegetales predominan ciertas especies, las cuales son responsables de sus nombres: la grama salada (Distichlis spicata), la totora (Typha angustifolia) y el junco (Scirpus americanus). Se localizan indistintamente a lo largo de las orillas de las lagunas y cubren superficies variables. Los gramadales suelen ocupar extensas áreas en todo el santuario y cubren un área aproximada de 380 hectáreas. Los totorales se distribuyen hacia la zona sur alrededor de las lagunas de este sector, en forma de manchones en las riberas del río Tambo cubriendo un área aproximada de 26 hectáreas. Los juncales se distribuyen en suelos inundados cercanos a las lagunas central y sur, en forma de parches en la zona norte, y bordean los totorales y algunos sectores entre el gramadal y el monte ribereño. Estas asociaciones son lugar de anidación y refugio para las aves residentes, como garzas, pollas de agua, patos y gallinetas.

Vegetación

Flora SalicorniaLas especies vegetales que se encuentran en un lugar específico del santuario dependen principalmente de la abundancia de agua y de las condiciones del suelo. En la zona se encuentran 48 especies vegetales superiores y 17 algas o plantas inferiores.

Fauna
Presenta 205 especies de aves registradas, 86 migratorias, 80 residentes, 39 errantes. En un día puede observarse entre 30 y 50 especies. Es un punto crítico y estratégico para la migración de muchas especies de aves. Alberga las mayores poblaciones de pollas de agua, patos colorados, gallareta andina, además de 9 garzas, 7 patos, 8 gaviotas, 24 playeros, 10 chorlos, 9 rallidos y 12 gaviotines. Es el único lugar del Perú donde habita la choca de agua de pico amarillo. Es lugar de anidación de la gaviota capucho gris y el ostrero común.

Las Lagunas de Mejía presentan el único hábitat en casi 2000 kms de costa con condiciones ambientales óptimas para el normal desarrollo de las poblaciones de aves residentes y migratorias. La fauna ornitológica característica del santuario está constituida por 4 grupos de especies, a saber: 1) Aves residentes del santuario, estimadas en 79 especies, que anidan en el santuario o sus inmediaciones y es factible encontrarlas durante todo el año en diversos ambientes del área protegida. 2) Aves residentes en el mar frente al santuario, de las que hay 6 especies registradas, a las cuales se les puede observar frecuentemente desde las playas. 3) Aves migratorias, que suman 80 especies, de las cuales 48 provienen de Norteamérica o el Ártico, 18 del sur de Sudamérica, 3 de la costa norte del Perú o norte de Sudamérica, y 10 de la zona andina y parte de la selva. 4) Aves de presencia ocasional, estimadas en 30 especies.


Garza Grande
Entre las especies de particular importancia habría que destacar a la choca de pico amarillo (Fulica rufifrons), la garza azul (Egretta caerulea), la garza pechiblanca (Egretta tricolor) el playero blanco (Calidris alba) y la gaviota capucho gris (Larus cirrocephalus). Asimismo, hay poblaciones abundantes de diferentes especies de zambullidores, patos y chocas, entre las que sobresale especialmente la polla de agua (Gallinula chloropus), cuya densidad en el santuario es una de las mayores del mundo.

Otros elementos de fauna
Si bien las especies de fauna más conspicuas y estudiadas en el santuario son las aves, existen otras especies animales que también habitan en el área. Entre éstas sobresalen los sapos (Bufo limensis) comunes en los lugares muy húmedos, las lagartijas (Microlophus tigris) y las salamanquejas (Phyllodactylus gerrhopygus y Phyllodactylus angustidigitus) frecuentes en los gramadales y playas arenosas, los mamíferos como el zorrino (Conepatus chinga), el grisón (Galictis cuja), el zorro gris (Pseudalopex griseus), el chingungo o nutria de mar (Lutra felina) y el cuy silvestre (Cavia tschudii). También diversas especies de murciélagos (Myotis atacamensis, Glossophaga soricina, Amorphochi1us schnablii, Tadarida brasiliensis y Promops consenlis). Las especies de peces más notorias en las lagunas son la gambuzia (Poecillopsis sp.), la liza (Mugil cephalus), el pejerrey (Basyfichtys sp.) y el monengue (Dormitator latifrons). Entre los invertebrados sobresalen el camarón de río (Cryphiops caementarius), el cangrejo carretero (Ocypode gaudichaudii) y los caracoles de agua especialmente importantes por ser alimento de muchas especies de aves.

Acceso

MiradorDebido a su ubicación geográfica, el Santuario Nacional Lagunas de Mejía no tiene problemas de acceso. A él puede llegarse fácilmente a través de vías terrestres que parten desde Lima y desde las principales ciudades del sur del país. Hay cinco rutas alternativas de carreteras asfaltadas: Lima-Camaná-Repartición-Mollendo-Mejía (1020 km), Arequipa-Mollendo-Mejía (143 km), Arequipa-Cachendo-Cocachacra-Mejía (149 km), Tacna-Moquegua-El Fiscal Mejía (295 km) y la nueva carretera Costanera que va de Ilo a Valle de Tambo (aproximadamente 70 km).